Si eres de las personas que piensa que las cosas ocurren por si solas y que la suerte es un factor fundamental en el éxito o fracaso de una persona, en una forma muy sutil estas ignorando un gran poder personal que todos llevamos dentro. Y que tú también posees.
Nos han llevado a creer que la creación del universo y hasta la misma evolución humana, son el resultado de una jugada de dados, de la suerte o la casualidad. Como si fuéramos un pequeño bote en medio del inmenso y profundo océano, solemos pensar y sobre todo sentir, que desear llegar a un puerto seguro puede ser un objetivo casi imposible. Nos vemos muy pequeños y con pocas posibilidades para lograr lo que queremos. Creemos que para lograr el equilibrio emocional y la felicidad en nuestras vidas se deben alinear todos los planetas o cumplirse tantas variables, que pensamos que difícilmente podamos sentirnos bien en una forma prolongada.
Pero hay algo diferente, algo que puedes percibir si te aquietas y si, al mismo tiempo, estas atento. Hay un estado vibracional que nos rodea, nos abarca y atraviesa. ¿Puedes sentir cuando vibras en la misma frecuencia con otra persona, con otro ser o con el entorno natural? Cuando te sintonizas con ello que deseas y quieres profundamente comienzas a vibrar en una determinada frecuencia, cuando realmente crees que “eso es posible te conectas” y cuando actúas “lo creas”.
Nuestro cerebro tiene un fin más importante que el solo pensar, es generar esa sincronía de energías. Claro que no es algo solo racional, para lograr disfrutar de estas energías sutiles debes tener conciencia de ellas, equilibrar tu interior y creer en tu capacidad de alinearte. Desde allí “la causalidad” comienza a expresarse. Es importante que sepas que eres la causa, eres la energía que vibra en ti, eres la sincronía profunda y, especialmente, eres el efecto de quien quieres SER.
Y si te preguntas cómo se comienza a equilibrar el estado interno de cada uno de nosotros, la respuesta es que todo comienza por ti.
Si realmente crees en el amor, comienza a amarte sinceramente.
Si crees en ser justo, comienza por no juzgarte ni maltratarte.
Si crees en el perdón y que perdonar es lo más importante, comienza perdonándote.
Si piensas que lo correcto es aceptar al otro tal como es, entonces ya acéptate completo.
No hay nada que puedas dar si antes no lo reconoces y encuentras en ti. No hay nada ni nadie que pueda completar tu vacío interior, solo tú puedes hacerlo. Estar alineados con el universo y vibrar en sincronía con el mundo natural que nos rodea, dependerá del grado de amor que puedas darte. La misma frecuencia que está en cada uno de nosotros sucede, porque somos el principio y el fin, comenzamos y terminamos por y en nosotros mismos.
¿Y los demás? Ellos son nuestra creación y nos ayudarán a encontrar nuestro sentido. Porque ellos y nosotros, tú y yo, somos uno.
Nada es casualidad y si aún no lo crees intenta focalizando positivamente en dar eso que quieres dar, pon toda tu fuerza amorosa en imaginarlo, tu intención enérgica en empujarlo, tu acción consistente y constante en crearlo. Observa los resultados, corrige, aprende y sigue accionando… Y luego me cuentas.
¡Mucha vida para ti!
Carlos Sánchez