Si alguien te lastimó, defraudó o desilusionó, ¿Cuánta energía y poder personal le seguirás entregando? Si no conseguiste lo que querías, si hiciste algo indebido o dejaste que algo limitante sucediera, debes dejar de torturarte y definitivamente, no repetirlo más. Ya pasó tiempo pero si hoy sigues evocando a esa persona o situación, el problema aún seguirá persistiendo. Es una forma de mal trato personal, no te lo mereces y es hora de parar. Estas aquí para aprender y no para ser perfecto.
Te pido que me acompañes a analizar algunas respuestas que obtengo en mi pagina de Facebook cuando planteo lo anterior y que usare como ejemplos, no se olviden “las palabras y pensamientos crean realidad”.
“Cuesta olvidar esos momentos vividos”, “imposible casi de superar”, “ la mayoría que sufrimos somos mujeres”, “No me merecía que me fueran infiel que me mintieran que usaran violencia emocional”, “Que en el tiempo de Dios y no del mío él tendrá lo que se merece”, “ESTOY MUY CANSADA ENTIENDO TODO PERO NO PUEDO”, “No puedo perdonarme ni perdonarlo”, “No se golpea a una esposa embarazada a un día de tener su hijo…”, “Mi ex está a media cuadra con su nueva mujer de mi casa y yo acá pensado no en él y en ella que se salió con las suyas”, “Es lo que no puedo lograr olvidar o perdonar a quien también para mí ya fue, solo rencor y dolor”, “Quien me dio tres hijos luego me abandonó”.
¿Son muy fuertes algunos no? Varias consideraciones:
1. Mi página de facebook es bendecida hoy por la aceptación de más de 20.000 personas y el 90% son mujeres. Es común que tengan más participación, simplemente por la cantidad que representan. También son más sensibles y abiertas. Por otro lado es cierto que las mujeres son discriminadas social y económicamente. También lo son en el trato de género y en consecuencia en las familias y sus relaciones de pareja. El principal motivo… porque así lo creen y lo sienten. Aun no se dan cuenta del poder que tienen, son siglos de dominación masculina. Lo importante es que se den cuenta que no se trata de lograr ser iguales al hombre (si de derechos obviamente). Son extraordinarias desde lo femenino y fundamentales para la vida en todo sentido.
2. Frases como “me cuesta olvidar”, “Imposible superar”, “me fuera infiel”, “no puedo perdonar”, “no puedo olvidar” son órdenes inconscientes que impiden cualquier cambio. Si hoy tomáramos la decisión de cambiar, lo primero que deberíamos hacer es cambiar el vocabulario, las palabras y comenzar a hablar desde otro lugar potenciador.
3. Otras frases: “me abandonó”, “me dejó”, “me dio tres hijos”, “no puedo perdonarme” son posiciones de victima que no sirven a nadie y menos a quien las dice y siente. Nadie puede abandonarte porque – no eres un objeto que ha sido recuperado y luego dejado-. Nadie te dio tres hijos, una vida o un anillo, sino que has creado tus hijos, tienes una vida y te comprometiste mediante un anillo. Una forma de cambiar esto es no hablar de las relaciones como si las mujeres o los hombres fueran cosas u objetos que se poseen, se cuidan, se rompen o se dejan ya que cuando hay un objeto debe existir un “sujeto”. Si la mujer le da el rol de “Sujeto” al hombre ya saben dónde, sola, se ubicará ella.
4. Los hombres también sufrimos las pérdidas, pero hablamos menos, expresamos nada y nos han enseñado a seguir adelante de una forma diferente, creemos que no está bien llorar ni demostrar debilidad. Ahora, para quien preguntó si esto es cuestión cultural (el hecho que las mujeres sean mayormente damnificadas) la respuesta es ¡SÍ! ¿Por qué? Porque cuando familiarmente viven una situación de este tipo le demuestran en su forma de proceder, padres y madres, a sus hijos cómo se debe actuar. Si la mujer se victimiza las niñas aprenderán lo que vean y si los hombres cumplen el rol de victimarios también sus hijos modelarán a su padre. Nadie nace de un repollo.
Por último, todas estas apreciaciones son generalizaciones y nada tienen que ver con lo que a cada uno le pasa, somos un mundo único. Pero lo que sí les puedo afirmar es que el hecho de no poder perdonar no se trata de ponderar al otro y hasta justificar su conducta o actitud reprochable. Sino de liberarnos del dolor y sufrimiento propio, ya que, quien está sufriendo es el que hoy siente el enojo, dolor, y no puede soltar. Perdonar es perdonarse porque hasta aquí todos nosotros hemos hecho lo mejor posible.
¡Nadie merece sufrir por sus errores y menos por los errores de otros!
Perdonar es dejar de ser víctimas. Perdona, perdónate y aprende. Pregúntate cómo ser, desde hoy, mejor persona. Apunta tu energía y atención a cambiar y deja atrás lo que ya no te sirve. No te castigues ni sigas castigando a los que te rodean. Si no te sientes bien tampoco puedes dar a los demás lo que ellos merecen recibir de ti.
Mucha vida para todos!!
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