Te cuento un secreto…
Cualquier deseo de cambio personal que podamos llevar adelante de verdad, cualquier decisión que tomemos para modificar aspectos importantes de nuestras vidas, requieren incorporar una capacidad de observación muy especial del estado de situación en la que uno se encuentra. Es necesario comprender que esa primer mirada, en contra de lo que podríamos imaginar, no se basa en una actitud proactiva o positiva, sino en la necesidad imperiosa e impostergable de “ver las cosas tal como son”.
¿Qué quiero decir con esto? ¿Qué significa ver las cosas tal como son?
Implica decirnos la verdad, es valorarnos lo suficiente para ser muy honestos con nosotros mismos. Observar los resultados que hasta aquí hemos obtenido sin mentirnos, pero tal cual son. Si tenemos algún problema que nos provoca dolor y lo queremos cambiar o algo que hacemos bien y queremos hacerlo mejor, no nos será fácil comprender la situación si endurecemos o justificamos nuestro propio juicio.
La idea es poder partir de un lugar claro, sincero y especialmente confiable para poder desarrollar el cambio que deseamos.
Al mismo tiempo existe un gran desafío, porque debemos propiciarnos ver “las cosas tal como son” y evitar por todos los medios verlas “como no nos gustan que sean”, es decir, en clara comparación u oposición con nuestras propias expectativas o deseos incumplidos. Muchas veces al escudriñar nuestro entorno, sentimos que las cosas son mucho más duras, difíciles y complicadas de lo que realmente son. Es por eso que el desafío implica que además de ver “las cosas tal como son”, no debemos verlas “peor de lo realmente que son”.
Si predomina la mirada negativa y distorsionadora, “ver las cosas peor de lo que son”, nos debilitará, nos sacará energía vital y seguramente se transformará en excusa para no intentar el cambio. Porque cuando queremos cambiar, aprender, mejorar algo que no nos sale bien o ser simplemente mejores padres, profesionales, amigos, en definitiva, mejores personas, ser pesimistas nos impedirá contar con todos los recursos necesarios para lograr lo que deseamos.
Debemos “ver las cosas tal como son” pero sin caer en la victimización de verlas “peor de lo que son” entendiendo que solo son resultados que, hasta aquí, nos están diciendo que hay algo que debemos modificar en nuestras vidas.
Observar desde una mirada profunda pero no lamentadora es importante pero no suficiente, hay algo más. Porque además de ver las cosas “tal como son” y no caer en verlas “peor de lo que son”, debemos pasar a verlas “mejor de lo que son”. Hay que entender que la mirada apreciativa es necesaria para poder llevar adelante el cambio que queremos ejecutar. Ver las cosas “mejor de lo que son” implica cambiar el eje del foco desde dónde estamos observando la situación. No significa esto restarle importancia a lo que sucede, tampoco minimizar o desvalorizar lo que deseamos modificar, sino ubicarnos en un lugar desde donde podamos aprovechar cualquier tipo de resultados. De todo podemos aprender, de todo podemos mejorar, de todo podemos decidir crecer para dar.
Cuando veas lo que quieres cambiar desde una nueva perspectiva de verlo “mejor de lo que es”, podrás tomar la decisión de ejecutar una acción masiva, encontrando la manera de hacer lo que te propongas, no diciéndote: debería hacerlo sino elijo y me comprometo hacerlo. Sin conformarte con menos y sin resignarte a no poder, sino haciéndote cargo de lo que has decidido hacer y Ser.
El secreto es que lo que te hará feliz será progresar
Sin importar lo que hagas, si sientes que no estás creciendo como persona, que no estás alcanzando nuevas metas o que no estás contribuyendo para alguien más, la sensación será de vacío. En cambio si sientes que estás progresando en cuerpo, mente, espíritu, energía, negocios o relaciones, sin importar lo que tengas en tu vida, ni lo que otros tengan, serás feliz.
El progreso personal representa el juego de la vida, implica sentirte vivo. Puedes hacerlo, puedes decidirlo, puedes crearlo y puedes disfrutarlo, porque estés donde estés, tengas la edad que tengas, este nuevo mundo te propone ser protagonista y te dice que sólo depende de ti.
La pregunta es: ¿Hasta dónde quieres volar?
Mucha vida para todos,
Lic. Carlos Sánchez
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