Escucha en tu mente el tema musical que más te gusta, recuerda esa parte del libro que cambió tu forma de pensar, rememora a esos ojos que te miraron con todo el amor, siente en tu piel esa briza cálida que te envolvió con su energía.
¿Y si ahora lo haces todo junto, cómo te sentirías?
Déjate envolver por la magia de tus recuerdos potenciadores. Son pequeños momentos de tu vida que han dejado mella. No juzgues el momento, solo siéntelo. No te digas “lo extraño” o “jamás lo volveré a sentir” ya que comprobarás que eso es falso.
Utiliza a tu mente y siente el latir de tu corazón. Usa tu capacidad creadora y acude a esos recuerdos inspiradores, momentos únicos y llénate de ese poder. Cada vez que evoques uno de esos recuerdos cierra tu puño derecho. Hazlo cada vez que sientas toda esa intensidad. No te envuelvas en el recuerdo, no hagas comentarios sobre él solo enfócate en él. Siente la energía de ese recuerdo y cierra tu puño derecho, cuando baja la intensidad abres la mano normalmente.
No importa tu edad, tu condición de salud ni tu historia. Esa energía siempre estuvo en tu interior y siempre seguirá estando.
¿Vamos a buscarla?
Hazlo con cada recuerdo 10 veces por lo menos. Que tu mente asocie cerrar el puño derecho con esa sensación inspiradora. Busca en tu pasado y cada vez que repitas un recuerdo cierra el puño. Una vez hecho esto con solo cerrar tu puño tu mente se conectará con esa energía. Si lo practicas podrás acudir a esa energía cuando quieras y vivir una vida inspirada, vivir tus sueños.
Vive tu sueño.
Mucha gente pasa por la vida dejando para después la alegría y la felicidad. Para ella el establecimiento de un objetivo significa que “algún día” después de haber conseguido algo, será capaz de disfrutar plenamente la vida.
La verdad es que, si decidimos ser felices ahora, lo lograremos más fácilmente. Aunque los objetivos nos proporcionan una dirección magnífica y un camino hacia el cual dirigir nuestra atención, debemos esforzarnos constantemente por vivir cada día plenamente, extrayendo de cada momento toda la alegría que podamos.
En lugar de medir el éxito y el fracaso en la vida por la habilidad para alcanzar un objetivo específico e individualizado, recordemos que la dirección que llevamos es más importante que los resultados individuales. Si seguimos avanzando en la dirección correcta, no sólo podemos alcanzar los objetivos que andamos persiguiendo, sino mucho más.
Mucha vida para todos!!
Carlos Sanchez.
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