Las expectativas, los deseos y el control.
Tal como el nuevo año que llega, la vida no es ni será según nuestras expectativas, tampoco se cumplirán todos nuestros deseos y, en la realidad y aunque lo queramos, no podremos control nada.
- Estar expectantes a que las personas hagan y las cosas ocurran de la forma que esperamos nos provoca el mayor sufrimiento. Creemos, ni más ni menos, que todo debe ocurrir como queremos y punto.
- Deseamos, necesitamos y soñamos. No hacemos nada para crear la realidad solo esperamos que mágicamente algo suceda para que nos saque de la emoción de carencia.
- Si las expectativas y deseos no se cumplen tendremos miedo. Es por eso que manipulamos, atacamos, celamos, juzgamos… sufrimos y hacemos sufrir. Es porque creemos que las personas o las cosas están fuera de nuestro control y debemos corregirlas.
No sufrimos porque los demás no son como queremos o porque las cosas ocurren de una forma diferente a la elegida. Tampoco sufrimos porque no se cumplen nuestros deseos o porque todo se nos descontrola.
Sufrimos por ir en contra de la naturaleza misma, porque estamos atados a estructuras rígidas, a viejas mentiras y a las expectativas, deseos y la necesidad de control que otros nos enseñaron.
¿Cómo transformar estos enemigos en nuestros más fuertes aliados?
Dejar de estar expectantes y lograr el “cero en expectativas”. Poniendo toda nuestra Intención, aquí y ahora.
Dejar de desear y comenzar seriamente a “fijar objetivos claros y positivos”. Diciéndole a todo nuestro sistema (cuerpo, mente y energía) qué es lo que queremos lograr y comprometiéndonos firmemente a cumplir con nuestra decisión.
Dejar de querer controlar a los demás y comenzar a “dirigir nuestro estado interno”, lo único posible de gestionar. Aceptando y confiando que los resultados que vayamos obteniendo son solo mensajes que sirven para incorporar y corregir, para seguir avanzando.
El opuesto a la expectativa es la confianza en uno mismo.
Al deseo es a la paz interna y lo contrario al control, no es el descontrol, sino la libertad.
Ya dejemos de desear un feliz año nuevo y propongámonos ser nuevos nosotros para ser realmente felices. Disfrutemos del camino paso a paso, vayamos en el sentido que cada uno elija y experimentemos la vida que todos merecemos vivir.
Mucha vida para todos.
Carlos Sánchez