Las personas suelen darle a las palabras distinto peso y significado. Por ejemplo cuando alguien dice que ama a otra persona, significando que simplemente lo quiere, lo hace considerando la palabra amor como una expresión sentimental de poco peso. Para otros la palabra amar representa un nivel más elevado de compromiso emocional y exige contar con razones importantes para poder utilizarla. También hay quienes la tienen reservada para escasos momentos y sólo se lo dirán a personas muy especiales para ellas. Y no son pocas las personas que no pueden pronunciarla, ya que consideran que no han encontrado un destinatario adecuado o no se dan el permiso para hacerlo. Todas estas formas de amar representan el amor en minúscula.
La experiencia y la intuición me permiten afirmar que vamos a encontrar tantos significados para la palabra “amor” como personas viven en este planeta. Aun así, hay una categoría del “amar” que quiero profundizar con ustedes y es la que se refiere al AMOR en mayúsculas, al más elevado y puro, al “AMOR incondicional”. Más allá de las diferencias interpretativas, la mayoría de nosotros podemos identificar la emoción o sentimiento que se asocia con personas especiales en nuestra vida como padres, familiares, parejas, hijos o amigos.
Cuando decimos a nuestra pareja “te amo, pero necesito que me escuches”, “te amo, pero quiero que cambies esto o aquello”, “te amo pero nunca me dejes”; o a nuestros hijos “te amo, pero debes respetar mis reglas”, “te amo, pero debes portarte mejor”; “te amo, pero debes estudiar en la universidad”; o a los amigos “te amo pero no debes olvidarte mi cumpleaños”, “te amo, pero nunca me falles”; o a los padres “te amo, pero déjame ser libre” ; “te amo, pero no envejezcas”, lo que estamos transmitiendo es el amor en minúscula, algo así como “te amo pero debes hacer cosas para que yo no sufra” o “te amo si haces lo que yo te digo”. Es un amor con condiciones claras y precisas que los demás tienen que cumplir. Son los condicionantes que cada uno de nosotros impone y se auto impone para permitirse disfrutar de esta emoción tan importante. Es común ver como se confunden estos tipos de amor. El que se siente en minúscula se basa en las necesidades, en lo que nos falta y en lo que creemos que necesitamos para sentirnos bien y completos.
Es importante tener en cuenta que si amamos en minúscula a los demás, de igual manera nos amaremos a nosotros mismos. Si tenemos reglas para los demás, sin dudas tendremos muchas más en cantidad y calidad para con nosotros. Nos levantamos verdaderas paredes inconscientes que nos rodean, nos condicionan y nos limitan. El amor en minúscula duele profundamente porque tarde o temprano alguien pisoteará nuestras reglas.
Para cualquier cambio personal el inicio comienza en nosotros. Amar y amarnos en mayúsculas implica sentir y comprender que no hay nada que debemos hacer para decidir amarnos. Representa comenzar a tirar las paredes de condiciones y reglas auto impuestas, muchas de ellas ni siquiera conscientes, tal vez provenientes de nuestros padres o de la sociedad, que nos impiden valorizarnos y reconocernos como seres AMABLES. AMAR incondicionalmente es simplemente eso, AMAR sin poner condiciones. Es AMAR desde la libertad de la elección y no desde la necesidad personal.
Cuando le decimos a nuestra pareja “te AMO, pero no te necesito”, implica que estamos allí por elección y no porque me conviene o por obligación. Le estamos diciendo que elegimos compartir el hoy en forma consciente y decidida. Cuando un amigo debe alejarse de nuestro lado porque va en búsqueda de sus sueños, podemos alegramos profundamente por él, sentir su felicidad como propia y alentarlo. Cuando a un hijo, pequeño o adolescente, los padres deben ponerle límites, el amor en mayúscula les permite hacerlo sin dolor ni sufrimiento y el padre no duda del amor por su hijo y no necesita que su hijo lo apruebe, lo acepte o lo perdone. Un padre que ama incondicionalmente simplemente cumple con su rol y lo disfruta.
Si no amamos en mayúsculas a los demás es porque todavía nos amamos con condiciones a nosotros mismos. Nadie puede dar lo que no tiene ni siente. AMAR incondicionalmente es elevar cualquier relación al punto más alto, donde el perdón y la aceptación es el lenguaje. Sin condiciones me apruebo y me AMO. Sin condiciones AMO a los demás.
¡Mucha vida para todos! Carlos Sánchez