Tu primera gran decisión
En mi trabajo de Terapia Comunicacional, frecuentemente me encuentro preguntándole a las personas ¿Qué es lo que quieres en tu vida?, y a menudo obtengo la misma respuesta: “No sé qué es lo que quiero”. Y luego continúan diciendo “¡pero sí sé lo que NO quiero!”, y sin dudarlo comienzan a listar una serie de acciones y emociones que quieren evitar hacer y sentir en su vida, “no quiero estar solo, no quiero pasar carencias, no quiero perder mi trabajo, no quiero ser rechazado, no quiero enfermarme”, etc. Quieren alejarse del dolor, del sufrimiento y es allí donde ponen toda su atención.
Existe una vieja ley o principio metafísico que manifiesta la capacidad innata del ser humano de atraer a su vida aquello a lo que dedica su atención. En Programación Neuro Lingüística se lo llamamos Sistema Reticular Activador (S.R.A.) y hace referencia a la capacidad del cerebro de focalizar sobre algo en particular para obtener toda la información necesaria de ese evento o situación. ¿Les ha pasado de estar esperando un hijo y en esos tiempos empezar a ver mujeres embarazadas por todos lados, en la calle, en la oficina, etc.? Pareciera que todas las mujeres han decidido embarazarse al mismo tiempo, ¿verdad? Lo mismo ocurre cuando compramos un auto, o alguien conocido lo hace, pensamos que no debe haber muchos de ese modelo y color, pero de pronto comenzamos a verlos en todas partes.
¿Qué es lo que está pasando?, ¿Es que ahora la realidad cambió o será que nosotros cambiamos? La respuesta es que se activó nuestro S.R.A., le hemos ordenado al cerebro dónde poner su atención, le hemos dicho que esa información nos es relevante y nuestra mente comienza a nutrirse con nueva información sobre lo que estamos focalizando.
Comentaba un piloto de autos profesional su experiencia cuando tuvo que aprender a manejar en situación de despiste. El piloto cada vez que perdía el control de su auto, lógicamente no podía evitar mirar hacia donde se dirigía. Su temor a chocar era tan fuerte que lo que más le llamaba la atención era una pared que rodeaba el circuito. El instructor, que lo acompañaba, le movía su cabeza hacia la dirección donde debía mirar para poder retomar el camino. Lo intentaron varias veces y las correcciones se transformaron en verdaderos cachetazos para que el piloto mirara hacia donde debía efectivamente ir ya que no podía evitar terminar contra la pared o muy cerca de ella. El instructor sabía que el cerebro de su alumno debía aprender a decidir mirar siempre hacia el regreso a la pista y no hacia donde debía evitar llegar.
Y esto es lo que nos pasa a las personas habitualmente, perdemos la dirección del camino y comenzamos a mirar todo lo malo que nos puede pasar. Sin quererlo le damos la información equivocada a nuestro cerebro, le decimos que eso es lo que queremos y él responde inmediatamente dándonos una cantidad de información detallada de cómo será el impacto contra la pared.
La solución es simple, tu primera decisión debería ser comenzar a estar más atenta/o a tus pensamientos, y focalizar en lo positivo y potenciador de tu realidad. Preguntándote ¿Qué es lo que quiero?, ¿Cuáles son mis verdaderos objetivos? Porque sin lugar a dudas en lo que pongas tu atención, eso disparará tu S.R.A generando el impulso para crear la vida que realmente deseas vivir.
Es clave que comiences a tomar decisiones y que esas decisiones sean “afirmaciones positivas”, descripciones claras de lo que realmente quieres y deseas.
Mucha vida para ti
Carlos Sánchez